Más de una vez nos reímos a carcajadas en la mesa familiar, cuando mi papá nos contaba que en un examen de la facultad de agronomía, un compañero de él ante la pregunta de “¿dónde tendría una plantación de yerba mate?, respondió: “En la Patagonia Argentina” (uno de climas más impropios para su cultivo).
La conversación siguió “Eso ahí no va a crecer”, “La plantación es mía y yo la pongo donde quiero”, respectivamente. Si bien la respuesta ingeniosa le valió una desaprobación del examen, ¿quién nos quita las risas en familia?
Qué lindo desafío, habiendo escrito esta introducción llegar a hablar del título, o al menos de Liderazgo y Cultura. Vamos a hacerlo a través del Clima y del Cultivo (yo les avisé).
Hoy en día es habitual abrir Linkedin y encontrarse con un sinfín de publicaciones que se imitan unas a las otras, que nos cuentan la certificación de un tercero fuera de la organización, de nuestro gran clima y de lo bello de trabajar en X empresa. Todo esto termina siendo cierto, en muchos casos. El clima de muchísimas empresas es el adecuado para que florezcan los talentos y bondades de las personas que la componen.
El Clima es el impulso que crea las condiciones psicológicas, emocionales y racionales adecuadas para aumentar el desempeño y bienestar de propios y ajenos. Sin embargo, todo Clima tiene su Sensación Térmica; la percepción y significado de las definiciones que alguna vez tomamos.
Sabemos que tener un buen Clima nos ayuda a contar con esas condiciones básicas, que sin duda no solo son necesarias sino que son un deber ser de las organizaciones en un contexto como el actual, hiper competitivo no solo a nivel nacional sino también internacional.
En cada organización existen resortes culturales, palancas estratégicas que los profesionales de Recursos Humanos diseñamos, accionamos y ayudamos a otros a poner en práctica. Si bien hacía referencia al diseño del cambio cultural, y siendo la cultura un concepto vivo y orgánico, me pregunto ¿qué empresa (persona) hoy no está pasando por un cambio cultural?. De ahí deviene la importancia de no solo pensar en el Clima sino en la Sensación Térmica, o Clima Enfocado.
El Clima Enfocado no es, nada más ni nada menos, que pensar y actuar en función de generar las mejores condiciones para el bienestar y la performance de las personas. El Clima Enfocado es pensar en qué comportamientos necesitamos sembrar en la organización para cultivar (uh, cacofonía muy parecida a cultura) en hechos concretos, que nos ayuden de manera global a lograr los resultados que nos proponemos bajo las condiciones que nos imaginamos.
Y como la cultura de la organización es lo que realmente sucede, podemos tener las mejores prácticas, políticas y procesos, pero si (más hoy en un entorno virtual) los líderes los saltan, o los cumplen o los nutren, el resultado es siempre diferente al del diseño.